puesto la reacción
La bochornosa destitución del presidente paraguayo Fernando
Lugo pone en vilo al continente, puesto que representa la victoria de los
sectores reaccionarios del vecino país que no soportaron el sustento popular de
su mandato, mas allá de las críticas que
se le formularon y que la historia habrá de juzgar.
Lugo ha sido removido al cabo de un largo proceso, iniciado
con su ejercicio, tiempo durante el cual el strosnerissmo (brutal en el poder
entre 1954 y 1989), el oviedismo (de paso nefasto por la conducción de la
nación) y otras fuerzas como el Partido Colorado, el Liberal y Patria Querida,
no ahorraron dinero ni propósitos con tal de torcer la voluntad del pueblo para
recuperar así sus privilegios oligárquicos.
Pese a haber sido despojado del poder, Fernando Lugo, respetuoso
de las leyes y del orden constitucional, hizo un llamado a sus connacionales
para que eviten caer en la emboscada de
un propósito represivo que culminaría con el regreso pleno de los tiempos
dictatoriales que hundieron a Paraguay en la miseria.
Constitucionalmente le corresponderá al vicepresidente
Federico Franco concluir el mandato, con elecciones con fecha fija: en abril
del 2013 y en las urnas, los paraguayos tendrán la oportunidad de hacer valer
sus derechos.