F Pido la Palabra: Se acabó la vista gorda

miércoles, 16 de mayo de 2012

Se acabó la vista gorda


Ojos que no ven, negocios que prosperan


 "Córdoba es la segunda cocina nacional de cocaína". La contratapa de La Voz del Interior, sin ninguna inocencia, denunciaba esa mañana un flagelo que era ya un secreto a gritos.  La página correspondía a un ejemplar del año pasado y la verdad es que el flagelo es mucho más antiguo que el artículo periodístico.  Esta mañana he tenido la satisfacción de enterarme que dos proyectos de ley del Ejecutivo Provincial ingresaban a la Unicameral con ganas de darle un golpe al narcotráfico y al inmundo negocio de la trata de personas y la prostitución.
 Tengo la convicción que el tráfico de estupefacientes, la proliferación de cocinas de cocaína que hierven en nuestros barrios, las decenas de pistas de aterrizaje ocultas en los campos del interior cordobés y los miles de prostíbulos que aniquilan, primero la libertad y luego el futuro de tantas y tantas mujeres, solo viven saludablemente gracias a cómplices que pueden otorgarle “permisos” y protección.
Esta infraestructura enterrada en la impunidad, prospera y se transforma en un negocio extraordinario sólo con ojos que no ven, patrulleros que llegan tarde,  zonas liberadas, jueces y fiscales temerosos y por el “gran padrino” del gobierno que mira crecer este infierno no sólo paralizado sino tomando a veces tajadas del negocio.
 El futuro de nuestros hijos está amenazado y las chicas, libradas a su suerte, condenadas, si esta miserable parafernalia de la destrucción avanza.  Y al igual que  yo otros tantos lo sabíamos, periodistas y dirigentes políticos! Y lo dije en la última campaña a gobernador. Expresaba entonces claramente que Córdoba debía adherir a la Ley nacional que abría las puertas a una acción contundente desde Córdoba, sin esperar a los federales. Denunciábamos los vuelos en los campos de soja. Invitábamos a los intendentes a meterse en el problema. "O nos metemos o nos llevan puestos a nuestros pibes!!", no hay otra posibilidad.
 ¡Ya está!, pasaron doce años. Doce años en los que el negocio engordó. Los lupanares se multiplicaron y creció la población de corruptos que hicieron oídos sordos y miradas ciegas. Cuesta creer que quienes se ofrecen como paladines de la causa, pasaban por distraídos, bajaban funcionarios curiosos y no ponían recursos en esta lucha.  
Cuesta creer. Pero vamos a estar allí. Vamos a apoyar y mejorar estas iniciativas para arreciar el combate contra los dos sucios mundos. El tema es demasiado trascendental como para hacer una cortina de humo. Sería una canallada imperdonable!