F Pido la Palabra: 29 de mayo de 2012

lunes, 28 de mayo de 2012

29 de mayo de 2012


Las enseñanzas del Cordobazo

Cuarenta y tres años después del Cordobazo la provincia vive en un mismo pantano, donde ayer militares con botas y hoy neoliberales de calzado fino evitan pisar el barro,  para -con pulcritud y esmero- mirar a la distancia la pobreza y el retraso que signa la vida de miles de ciudadanos afectados por el modelo que encaramados en el poder procuraban y procuran perpetuar.
La historia, aun cercana, ha minimizado el valor real del 29 de Mayo de 1969, quitándole la dimensión que alcanzó como expresión de una sociedad levantada contra la injusticia, contra la pérdida de valores propios de la dignidad del que trabaja y, por ser tiempos de dictadura, con las garantías mínimas de libertad avasalladas.
Por supuesto que la situación es otra. Con la recuperación de la democracia hace ya 29 años, el margen de los beneficiados por la inequidad y la injusticia ha disminuido; aunque sin que nadie pueda negarlo, en repetidas ocasiones han emergido manifestaciones de retroceso.
No fue sino eso la irrupción del menemismo en los 90, engañando con el” salariazo y la revolución productiva”, para darle sin vergüenza paso al Estado ausente; descontrolando la salud, la educación y la vivienda; cerrando fábricas y eliminando puestos de trabajo; beneficiando al capital extranjero.
Ese Estado, tardíamente importado a Córdoba con el Estado Nuevo de José Manuel de la Sota,  busca revitalizarse con el regreso al gobierno del mismo impresentable, épico responsable de Unión por Córdoba y socio vitalicio del bipartidismo que procura mantener a flote con sus fortalecidos lazos con el radicalismo.
Sería demasiado otorgarles a los tutores del descalabro presente la autoría intelectual de los males que nos aquejan. Córdoba ciudad está inserta en Córdoba provincia, la provincia en el país y Argentina en el mundo. Un mundo globalizado que ha devaluado los valores  sociales y políticos, en el que imperan economías asfixiantes que nacen del interés compartido entre capitalistas y gobiernos amigos, quienes atrapan con la prebenda y el subsidio a miles de ciudadanos que no tienen otra (al menos por ahora) que aceptar las ataduras.
Pero así como muchos son cooptados por unos pocos que con uñas y dientes  se aferran del privilegio, otros nos oponemos a esta realidad afirmando principios y valores.
Este camino, el de la búsqueda, requiere de amplitud de criterios. Debemos ponerles límites precisos a los casilleros por donde se mueve el enemigo, entendiendo que, aunque por carriles distintos y hasta contradictorios, actuamos, pensamos y luchamos millones de argentinos que coincidimos en casi todo y a los que nos diferencia casi nada.
Es allí, en ese sitial, donde debemos rememorar  al Cordobazo: en un marco de lucha construido por referencias que acumulan dos siglos, prolongado tiempo durante el cual pocos vivieron de muchos y muchos vivieron con muy poco.
Desde esta definición es fácil traer a nuestros días las enseñanzas del  29 de mayo, porque la pelea sigue siendo por la vigencia plena de las instituciones con una real independencia de los poderes; sigue siendo por justicia; por igualdad de oportunidades; por equidad; por salud, educación y trabajo. Sigue siendo por la dignidad del que trabaja. Y la lucha, en unidad, con amplitud y coincidencias claramente establecidas, favorecerá a las mayorías. Con preceptos que hicieron suyos tipos como Atilio López y Agustín Tosco, peleadores fraternos por la libertad, la igualdad y la   justicia social, ajenos a la componenda y al negociado que anima a los “moyanos y a los lescanos”, zambullidos en el negocio personal y por lo tanto más interesados en lograr que suba la base imponible en el Impuesto a las Ganancias que en el crecimiento del ingreso del que labura.