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Afán por lo privado, desdén por lo público.
Han transcurrido tres meses en la administración del intendente Ramón Mestre y la fotografía que nos muestran sus primeros 100 días de acotada gestión ofrece una inequívoca orientación política.
Esa imagen es la de un manifiesto interés privatizador y un velado menosprecio por el rol que debe desempeñar el Estado. Han sido creativos para diseñar el disfraz de un sujeto preocupado por la ciudad, pero nadie puede ocultar que al Intendente, no le interesa demasiado.
Si hace falta ponerlo en dicho, y con énfasis: “la ciudad está sola”. No hay una agenda social, lo estatal va camino a la ausencia y se manifiesta en retirada, los intereses individuales empezaron a tallar en un naipe de gestión que no tiene ningún palo de solidaridad y responsabilidad colectiva. Y los usuarios, los vecinos, los pasajeros, los contribuyentes y los ciudadanos...otra vez en soledad.